0,6 unidades, consumo per cápita de cepillos dentales

Sus antecedentes hay que rastrearlos hasta 3000 años atrás, cuando ya se usaban algunas ramitas para la higiene bucal: se trata del cepillo dental, que tal como se lo conoce hoy fue inventado por los chinos en el siglo XV e introducido en Europa en el siglo XVII. En la Argentina, su uso no es de lo más destacable: según datos de la consultora Kantar Worldpanel, su consumo per cápita es de 0,6 unidades por año.
Es una categoría comprada por el 46% de los hogares argentinos al menos una vez en un año. El tamaño de la familia, lógicamente, es determinante en la cantidad de cepillos comprados.
En cuanto a hábitos de compra de este producto, los hogares compran cepillos de dientes dos veces al año (es una frecuencia de compra similar a la de los enjuagues bucales), mientras que llevan pastas dentales siete veces en el mismo plazo.
No fue hasta en los inicios del siglo XX, allá por 1930, que apareció la invención del nylon, atribuida a Wallace H. Carothers. Este material no tardó mucho en sustituir las cerdas de animales en los cepillos para la higiene bucal. El nylon, a diferencia de las cerdas de animales que normalmente se empleaban, es más resistente, flexible y permite un mejor cepillado, evitando la contaminación por bacterias. Además, el cepillo logra secarse más rápido.
Ya que este nuevo cepillo de dientes no fue perfecto del todo, con el tiempo se empezó a trabajar en un mejor diseño para que las cerdas estuvieran más acordes con las necesidades de las personas. En 1950 apareció el cepillo dental Park Avenue, de Dupont, que mejoró los materiales haciéndolos más suaves que las del original, facilitando la limpieza de los dientes y sin ninguna molestia. Este último modelo se hizo también más barato y accesible para más familias.

Carlos Manzoni La Nación | Ilustración Pablo Bernasconi.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/2040813-cepillos-dentales-con-pocas-ventas